top of page

Psicología Analítica Profunda                                   
                                              

                             & Orientación Junguiana

       Comprendo la psicoterapia como un proceso, un encuentro analítico, un tiempo y un espacio en el que aprendes a escucharte, mirarte, a conocerte y reconocerte, a explorar tu mundo interno frente a la presencia de un testigo que cuenta con la experiencia, y los recursos teóricos y prácticos para acompañar este proceso.

       Dicho proceso es un recorrido único, íntimo y personal. Es un movimiento continuo, un ir y venir en búsqueda de significado. Es  un lugar donde se danza entre el mundo consciente e inconsciente,  brindando  espacio a la creación de nuevas posibilidades que te permitan ser en plenitud.

      Cuando se llega a consulta, hay algo que está alterando el ritmo de la vida, algo que invita a poner atención, a conocerse, algo que impide ver (se) con claridad. En mi experiencia como psicoterapeuta, me he dado cuenta de que la psicoterapia tiene como sentido acompañar al paciente a mirar (se) de otra manera y conocer caminos de realización que han estado dentro de sí mismo, pero no podía encontrar.

    A través de la psicoterapia aprendemos a descubrir nuestra propia mirada, nuestros múltiples reflejos, nuestra interioridad… Por eso el proceso implica un tiempo de elaboración para aprender sobre ti, para conocer lo que emerge de ti, para  poder separar lo que es tuyo y lo que no, para descubrir tu verdadera esencia. Con ello podrás clarificar y ampliar la perspectiva, abrir nuevos espacios internos que contengan tu diversidad y nutran una sana relación contigo y con quienes te rodean

     El analista es tan solo un testigo del surgimiento y desarrollo de esta mirada, es un compañero privilegiado del proceso, un proceso, por cierto creativo. Su función es momentánea pero su trabajo es permanente, cuando está hecho desde la posición de un testigo respetuoso, porque entiende que acompaña en el viaje a alguien que devendrá  más amplio, más integro, más sí mismo, más genuino.

     El proceso de individuación, entonces no puede definirse de manera general, ni lineal,  porque el viaje en el que nos adentramos cuando re-conocemos nuestro interior  se convierte en un viaje único, diferente, y personal.

     No hay un destino preestablecido, pero mientras vamos recorriendo el camino podemos hacernos preguntas  para dirigir y redirigir el  rumbo las veces que sean necesarias, para tomar o dejar cualquier cosa, para escuchar la brújula que indica tu propia dirección,tu ritmo, tu forma de ser y de estar.

bottom of page